domingo, 22 de febrero de 2009

Crónica del METRO

TÍA NUEVA
Por. Manolo Sebreros

Las situaciones más absurdas y ridículas definitivamente siempre me pasan en el Metro.

En una ocasión me cité con los amigos de siempre en la estación Chabacano de la Línea 2, teníamos que ir al Centro así que sería un viaje corto y, presumiblemente sin mayores problemas.

Algunas personas rinden demasiado culto a su persona, y no he de negar que yo soy uno de ellos, por eso, ese día llevaba una playera negra con mi nombre bordado, banalidad y vanidad pura.

Bueno, volviendo al tema del viaje, al abordar nos colocamos los cuatro que Íbamos entre la puerta y el pasillo que une a los 'gusanos'. No recuerdo qué estábamos platicando, pero seguramente alguna tontería les estaría yo contando a mis compas, cuando escucho una voz femenina que me dice:

- No es cierto, chismoso.

Mi reacción fue voltear con cara de enojado pues alguien se atrevía a hablarme en ese tono, cuál va siendo mi sorpresa, era una señora que en mi vida había visto.

Luego de verla y ella observarme, me preguntó que si no era Óscar, su sobrino, a lo cual obviamente le dije que no, que yo no era Óscar y que mi nombre es Manuel, a lo cual le mostré el bordado de mi playera (para que vean que de algo sirve).

La señora se puso roja de la vergüenza y sólo atinó a pedirme disculpas, y yo reí y dije que no había problema.

Cuando bajamos en Allende, me preguntaron que por qué había dudado al ver a la señora y les comenté que tengo tanta familia regada que a lo mejor era una tía que no conocía o de la que no me acordaba. Caray.

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