martes, 19 de mayo de 2009

De futbolistas, patanes e ignorantes

Yo siempre había querido ser periodista para dedicarme al mundo del deporte, desde chavito mi papá, que era árbitro de futbol, me inscribió en una escuela para que comenzara a jugar. A mí la neta nunca me gustó, siempre he preferido ser deportista de sillón o de escritorio y por eso decidí irme a periodismo, para estar en ese mundo pero desde fuera.

En estos últimos meses he estado cubriendo al Toluca, el ex campeón de México, y creo que el gusto por cubrir el futbol me duró una semana.

Después se volvió desesperante escuchar la misma sarta de babosadas que los jugadores dicen; lo cuadrado del discurso del entrenador y lo patético de soportar las poses de divas de varios de ellos (demos nombres: Romagnoli, Da Silva y Dueñas, de quien ya ahondaremos en el caso).

Aunque he de reconocer que otros como Cristante, Israel López, Calderón, Esquivel, Méndez, por mencionar algunos, son a toda madre.

Pero bueno, periodisticamente cubrir el futbol, en la parte de los entrenamientos y entrevistas no deja nada productivo, por lo que ya les comentaba, no dicen nada trascendente, el discurso es aburrido y repetitivo, y a algunos hay que sacarles las palabras con tirabuzón.

Y no los podemos culpar, la gran mayoría no tiene preparación, por dedicarse al futbol no tuvieron estudios y no saben interactuar con la sociedad. (Que quede claro que no todos).

A que voy con todo esto. Aparte de que estoy desilusionado de cubrir el futbol, pues un incidente que tuve con Edgar Esteban Dueñas Peñaflor, defensa central de los Diablos, seleccionado nacional y, he de reconocer, buen jugador, pero que como persona deja mucho que desear.

El domingo 17 de mayo, luego de quedar eliminados por Indios de Juárez, Dueñas salió del estadio Nemesio Diez a bordo de su camioneta, él viajaba de pasajero, mientras su mamá conducía el vehículo, según informó la Policía Municipal, y pues atropellaron a una niña que corría como loca al lado del coche del jugador.

Como también cubro nota roja, pues llegué al lugar con los paramédicos de la Cruz Roja y cuando Dueñas se dio cuenta que andaba tomando fotos del percance, procedió a pedirme de la manera más decente y educada que pudo tener que no siguiera con mi labor informativa, para lo cual me señaló que me acordaría de él si algo de eso salía publicado.

Eso me incitó a que con mayor razón se diera a conocer, sobretodo porque fue un accidente, parte de la culpa la tuvo la chava por ir como desquiciada correteando a este energúmeno, pero pues Dueñas tomando valor de ser un figura pública, y de cierto poder que pueda tener, me demostró la poca educación y conocimiento de las leyes que tiene; contrario a su señora madre y su señora suegra que se portaron de maravilla tanto conmigo como con la lesionada.

Sé que Dueñas no va a leer esto porque dudo que la lectura esté entre sus ocupaciones diarias, pero no estaría de más decirle que los sucesos en la vía pública son públicos per se, y que la constitución mexicana señala el derecho a ser informados, por lo que no tenía ningún derecho en amenazar para bloquear la labor reporteril.

Ahora que si de buen modo me hubiera hablado igual y hubiera platicado con él y le hubiera dado la opción que se comunicara con mis jefes para que negociara con ellos si podían detener la nota, pero como es un patán, alzado e ignorante reaccionó así.

Ya a título personal, nomás comentar que si en el accidente se hubiera visto involucrado un gobernador o el propio presidente, yo siempre sacaré la nota de lo que suceda, yo no tengo compromisos con nadie y menos con un bruto como éste, a quien por cierto, si me hubiera agarrado en mis cinco minutos de iracundo le remiento toda su jefecita santa.

Pero pues a final de cuentas así es esto del abarrote.



martes, 5 de mayo de 2009

Sólo Sabina me acompaña

Es difícil vivir solo, uno puede pasar por la alegría al llanto y de éste a la euforia en segundos y no hay nadie a tu lado para compartirlo.
En esos momentos no queda más que escuchar música para que se vuelva tu mejor compañera. Y no cabe duda que para cualquier estado de ánimo Joaquín Sabina es la mejor opción.
Cuando entra la tristeza es "la nostalgia peor de añorar lo que nunca jamás sucedió", te reconfortas y quisieras escribir "la canción más hermosa del mundo", esa que no pudiste ver en sueños a causa de las "pastillas para no soñar", y ahí estás en vela pensando en lo que dejaste atrás "y te dan las diez y las once" admirando la la luna, esa que pide "que el maquillaje no apague tu risa".
Desde un "cuarto de hotel, dulce hotel" esperas que no amanezca porque sabes que será "peor para el sol", pues durante "19 días y 500 noches" las "aves de paso nunca te preguntaron si las querías".
"Y sin embargo te quiero", piensas mientras abrazas su foto, y del "traje gris" sacas un cigarrillo para acompañar el "whiskey sin soda" y poder decirle de frente "no puedo enamorarme de ti".
El tiempo te consume y descubres que "cuando eras más joven viajaste en sucios trenes" en los que viajaste con amigos como "pájaros de portugal", pero ahora, a tus "cuarenta y diez" pareces un "pirata cojo, con pata de palo, y cara de malo", y sólo esperas que en tu última morada "siete crisantemos" descansen.
Este es un debraye muy de martes por la tarde con mucho calor, en el que retomo frases de rolas de Sabina o títulos de sus canciones, las cuales son una delicia si las escuchas con una chela o un vinito más botana y amigos, o solo, Sabina siempre tendrá una canción para como te sientas al momento.
"Princesa" "No hago otra cosa que pensar en ti" por favor "quédate a dormir".